El reparto de una herencia no es proceso simple. Las herencias suelen incluir condiciones particularidades que las hacen únicas. Los criterios empleados en un determinado reparto no tienen por qué ser válidos, en su totalidad, para otro.
Partamos del siguiente criterio básico: para un problema dado, “soluciones hay muchas, solución óptima solo una”
Todos conocemos herencias donde el criterio de reparto empleado es dividir los activos entre todos los herederos en función de su participación. Este criterio de reparto, justo es reconocerlo, produce lotes hereditarios finales idénticos. Sin duda, todos reciben lo mismo. El problema que encierra es que no tiene en cuenta las condiciones personales de los herederos. Unos pueden querer vender los activos y hacerlos caja para enfrentar nuevos proyectos mientras otros, por no necesitar efectivo, prefieren diferir dicha venta. Es ahí, sin duda, donde se originan los conflictos.
Surge por tanto la siguiente pregunta. ¿Se podrían repartir los activos de la herencia de manera diferente y de forma tal que se respetaran, en la medida de lo posible, los intereses de TODOS los herederos? Si bien es cierto que determinadas herencias por su composición, número de activos y de herederos, recomiendan el reparto proindiviso, la respuesta en multitud de casos es afirmativa.
¿Por qué entonces no se reparten de forma óptima? La respuesta es sencilla y clara. Un proceso de reparto óptimo es complejo y, sí o sí, requiere de herramientas matemáticas que lo posibiliten. Es aquí donde IPTIMA Herencias entra en acción.

Proceso de Reparto de la Herencia
Vayamos por partes para entender correctamente el proceso de asignación óptimo.
Lo primero que es necesario tener en consideración son las restricciones que presentan los activos de la herencia como, por ejemplo: el activo A no puede adjudicarse junto con el C; el activo D solo se puede repartir entre dos herederos; el activo H se tiene que adjudicar a un determinado heredero; etc.
A renglón seguido, se deben de tener en cuenta las restricciones correspondientes a los Herederos como: el heredero A tiene incompatibilidad con los E y F; los herederos B y C no les importa compartir activos con E y A pero no con F; etc.
Finalmente, el Modelo debe incluir ecuaciones de cálculo que, respetando las anteriores restricciones de activos y herederos, obtengan el reparto óptimo:
- El número de particiones de los activos de la herencia que generan Lotes de igual importe bruto sea el menor posible
- La rentabilidad de cada uno de los Lotes de la herencia sea la misma
- Los impuestos a pagar por cada uno de los lotes sean lo más parecidos posible, lo que “aseguraría” lotes netos iguales.
Después de leer lo anterior la pregunta surge por si sola: ¿cuál es entonces el motivo por el que los repartos de las herencias no se hacen así? La respuesta es sencilla. Para llegar a ese reparto óptimo no hay otro camino que emplear la matemática y la potencia de cálculo que nos ofrecen los ordenadores. Repito una y otra vez, solo hay una forma de obtener dicho reparto: un Modelo matemático.
¿Qué es lo que entonces propone IPTIMA Herencias?
El Modelo es una herramienta muy potente que facilita a los herederos repartos óptimos en función de los criterios y restricciones establecidos en los inputs. Son repartos totalmente objetivos y matemáticamente eficientes.
Reseñar que para unos determinados inputs, el Modelo obtiene una solución óptima. Es ahí, mediante la “modificación” de los inputs y las condiciones restrictivas, donde se pueden obtener diferentes soluciones óptimas de asignación de los activos de la Herencia.
Por supuesto serán siempre los Herederos quienes, en última instancia y junto con sus asesores legales, seleccionarán entre los diferentes escenarios evaluados el reparto óptimo que entienden mejor se ajusta a sus pretensiones personales.
No lo dudes, si te preocupa como incluir en el reparto de la herencia los condicionantes personales de los herederos, contacta con IPTIMA y asegura la equidad financiera. Objetivo, rápido y matemáticamente sinigual.